La Comisión Organizadora de las Ceremonias Homenaje a la Mae Iemanjá anunció que este año, por primera vez en décadas, la tradicional celebración no se llevará a cabo en la ciudad de Mar del Plata, dónde había alcanzado el estatus de segunda de este tipo a nivel mundial.
Este evento, que cumplía 40 años de historia en la ciudad y 25 años consecutivos en la Playa Popular II, ha sido suspendido debido a la situación económica que atraviesa el país y que se ha visto agravada por las medidas del gobierno de Javier Milei.
El fundador y organizador del evento, babá Hugo Watenberg, director espiritual del Ilé Reino de Iemanjá Bomí, lamentó la decisión. “No es solo una pérdida para la comunidad africanista, sino también para los marplatenses y turistas que encuentran en esta fiesta un espacio de conexión cultural, espiritual y recreativa”, afirmó.
Conocida como la “fiesta en el mar”, la celebración de Iemanjá había crecido exponencialmente, llegando a ser la segunda más convocante del mundo por su magnitud y la diversidad de asistentes. Fieles de todo el país, de naciones limítrofes, de Cuba y hasta de España acudían para participar en rituales que incluían procesiones, rezas, batuques, bailes de orixá, capoeira y la tradicional entrega de barcas con ofrendas al mar.
El culto a Iemanjá, la orixá del agua salada y protectora de pescadores y familias, se extiende por América del Sur desde su llegada en los barcos negreros, con raíces profundas en la religión africana. Mar del Plata había logrado consolidarse como un epicentro de esta devoción, atrayendo no solo a creyentes sino también a turistas interesados en esta manifestación cultural.
La suspensión de este evento también es un reflejo del panorama económico y turístico que enfrenta el país. Las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei han profundizado una crisis que afecta a todos los sectores. En Mar del Plata, uno de los destinos más icónicos del verano argentino, el turismo no ha alcanzado las expectativas habituales. Comerciantes y trabajadores de la industria turística reportan una caída significativa en la afluencia de visitantes, agravada por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo.
La organización de la fiesta de Iemanjá demandaba meses de preparativos y una inversión considerable para garantizar la logística, los permisos y las tradiciones que la hacen única. Este año, esa inversión no fue posible, dejando un vacío no solo para la comunidad africanista, sino también para la ciudad, que perdía un atractivo turístico significativo.
Una pérdida cultural y espiritual
Iemanjá, también conocida en el sincretismo religioso como Stella Maris, ha sido un símbolo de esperanza, protección y comunidad. Su homenaje anual en Mar del Plata trascendía la fe, siendo un espacio de encuentro cultural y social. Con artistas y escritores como Gal Costa, Caetano Veloso y Jorge Amado exaltando su figura, la devoción a esta orixá representa una conexión viva con las tradiciones africanas y su legado en América.
La suspensión de la celebración de este año no solo marca un hito doloroso para los fieles y organizadores, sino también para una ciudad que, en tiempos de crisis, necesita mantener vivas sus tradiciones para sostener su identidad y su economía.
Futuro incierto
La esperanza queda puesta en el próximo año, con el deseo de que las condiciones económicas mejoren y la comunidad pueda retomar una de las fiestas más importantes del calendario marplatense. Mientras tanto, la comunidad africanista mantiene su devoción y promete seguir trabajando para que el legado de Iemanjá continúe brillando en las costas argentinas.
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