El presidente de la Confederación General de Profesionales (CGP), Ezequiel De la Torre, puso el foco en la situación crítica que atraviesa el sector profesional argentino: la pérdida de poder adquisitivo, la expansión del pluriempleo y la persistente brecha de género.
De la Torre analizó los resultados de una encuesta nacional que relevó las condiciones laborales de más de 6.500 profesionales en todo el país, y sostuvo que, aunque el sector se mantiene “en una posición media hacia arriba” respecto de otros trabajadores, esa estabilidad se sostiene cada vez más a costa del esfuerzo individual.
“Los profesionales logramos mantener cierto nivel de vida, pero lo hacemos con pluriempleo y con jornadas laborales extendidas. No hay una mejora real del ingreso, sino un aumento del trabajo necesario para sostenerlo”, advirtió.
El dirigente remarcó que el poder de compra de los profesionales se redujo drásticamente en los últimos años.
“Hace no tanto, un ingreso profesional alcanzaba para once canastas básicas. Hoy apenas llega a cuatro”, ejemplificó De la Torre.
La comparación, explicó, sirve para dimensionar cómo la inflación y la falta de actualización de honorarios y salarios impactan en la calidad de vida de quienes ejercen profesiones liberales o trabajan en relación de dependencia.
De la Torre también alertó sobre las diferencias de ingresos entre varones y mujeres en el ámbito profesional.
“Las mujeres siguen ocupando una posición más desfavorable en términos de remuneración. A igual calificación, todavía ganan menos”, sostuvo.
El presidente de la CGP planteó que la igualdad de oportunidades no puede limitarse a los discursos, y reclamó políticas activas para equilibrar los ingresos y promover la participación femenina en todos los niveles de decisión.
El valor de la regulación y el rol de los colegios profesionales
Otro punto central de su intervención fue la defensa del sistema de colegiación y control profesional, ante los debates sobre su eventual desregulación.
“La colegiación no es un obstáculo: es una garantía para que la sociedad reciba servicios de calidad. Incluso en los países más liberales existen mecanismos equivalentes de regulación”, afirmó De la Torre.
Para el dirigente, las instituciones profesionales cumplen una función esencial: aseguran estándares éticos, actualizan la formación y defienden la dignidad del ejercicio profesional. Por eso, advirtió que “los intentos de desregulación total no benefician a los usuarios ni a los profesionales, sino que los dejan desprotegidos”.
De la Torre consideró que la información generada por la CGP debe servir para impulsar acciones concretas.
“Necesitamos que los profesionales participen más en sus colegios y consejos. Son esas organizaciones las que pueden dialogar con el Estado y con las empresas para defender nuestras condiciones laborales”, expresó.
Finalmente, el titular de la CGP subrayó que el escenario actual exige revalorizar el trabajo profesional y revisar los mecanismos de actualización de honorarios, tanto en el ámbito público como en el privado.
“Ser profesional no puede significar vivir corriendo de un empleo a otro para llegar a fin de mes. La sociedad necesita profesionales bien formados, y eso requiere tiempo, capacitación y un reconocimiento económico acorde”, concluyó.
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