En los últimos años, las redes sociales se han convertido en una poderosa herramienta de entretenimiento y conexión social para millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, también han surgido desafíos virales que representan peligros para los usuarios, especialmente para los más jóvenes. Un reciente incidente en la ciudad de Córdoba, Argentina, ha puesto en evidencia los riesgos asociados a este fenómeno.
El pasado domingo, una adolescente de tan solo 13 años tuvo que ser hospitalizada luego de intoxicarse con 10 pastillas farmacológicas que había ingerido para cumplir un desafío propuesto en la popular red social TikTok. Según informó una fuente médica, la joven comenzó a experimentar malestares estomacales y náuseas, entre otros síntomas de descompensación, lo que llevó a sus padres a llevarla de urgencia al Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba.
La médica Verónica Petri, quien asistió a la adolescente, reveló que esta había ingerido «10 pastillas de antinflamatorios y antibióticos». Luego de someterla a un proceso de desintoxicación, la joven fue dada de alta. Afortunadamente, en este caso particular, no se produjeron consecuencias graves para su salud, pero el incidente deja en evidencia los riesgos a los que pueden exponerse los jóvenes al participar en este tipo de desafíos peligrosos.
No es la primera vez que los desafíos virales de las redes sociales generan preocupación. En enero pasado, una niña de 12 años falleció en el Gran Rosario debido a un desafío conocido como «Blackout Challenge«, difundido en TikTok. Este desafío consistía en grabarse a uno mismo tratando de contener la respiración con un objeto atado al cuello hasta alcanzar el desmayo. Lamentablemente, la niña no pudo liberarse a tiempo y murió por asfixia.
Estos trágicos sucesos ponen de manifiesto la necesidad de concienciar sobre los peligros de los desafíos virales y de fomentar una mayor responsabilidad por parte de las plataformas digitales. La Unión Europea ha publicado recientemente un listado de 19 plataformas con millones de usuarios que deberán someterse a controles reforzados para combatir la desinformación y los discursos de odio. Es fundamental que se tomen medidas similares para prevenir la propagación de desafíos peligrosos que puedan poner en riesgo la vida de los jóvenes.
Los padres y tutores también juegan un papel crucial en la protección de los niños y adolescentes en el entorno digital. Es importante mantener una comunicación abierta con ellos, hablar sobre los peligros potenciales de las redes sociales y enseñarles a tomar decisiones responsables en línea. Asimismo, se debe fomentar un uso equilibrado y consciente de estas plataformas, alentando la creatividad, el aprendizaje y la interacción positiva.
En conclusión, el reciente incidente en Córdoba ha puesto de manifiesto los riesgos asociados