Arsénico en el agua: un fenómeno natural que requiere información y control

10/11/2025
Ciencias Naturales

La reciente publicación de un mapa sobre la presencia de arsénico en aguas subterráneas de la provincia de Buenos Aires volvió a poner en agenda el tema y también las preocupaciones de muchos bonaerenses sobre la calidad del agua que consumen. Sin embargo, un especialista aclaró que se trata de una condición natural del suelo pampeano y que existen medidas concretas para conocer y prevenir los riesgos.

El hidrogeólogo Leandro Capítulo, en diálogo con el programa CódigoBAIRES, explicó que los informes que circulan “no revelan una situación desconocida, sino que confirman una realidad conocida por los profesionales del área: en varios distritos bonaerenses, los niveles de arsénico en aguas subterráneas superan los valores recomendados para el consumo humano”.

No obstante, aclaró que no se trata de contaminación, sino de una característica geológica del territorio. “El arsénico en las napas de la provincia de Buenos Aires es un componente natural del agua. Se origina en los sedimentos limoarcillosos depositados hace millones de años, producto de erupciones volcánicas y procesos geológicos. Con el tiempo, el contacto del agua con esos materiales libera pequeñas cantidades del elemento”, detalló.

Capítulo explicó que el arsénico aparece principalmente en el primer nivel acuífero, conocido como formación Pampeana, y que los valores pueden variar según las condiciones del terreno, los períodos de sequía o humedad y la profundidad de las perforaciones.

“En La Plata, por ejemplo, tenemos la ventaja de contar con dos acuíferos: el pampeano y el Puelche. La mayor concentración de arsénico suele encontrarse en el primero, mientras que el segundo —más profundo— ofrece agua de mejor calidad. Por eso, muchas prestadoras y cooperativas extraen de ese nivel”, señaló.

El especialista pidió leer con cuidado los mapas que circulan, como el recientemente difundido a través de los medios ya que muchos reúnen análisis realizados a lo largo de más de una década. “No es una foto del momento, sino una compilación de estudios entre 2011 y 2023. El arsénico es dinámico: puede aumentar o disminuir según las condiciones del agua subterránea”, explicó Capítulo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite recomendado de arsénico en agua potable es de 0,01 miligramos por litro, mientras que la Autoridad del Agua bonaerense, a través de la Ley 11.820, fija un valor máximo de 0,05 miligramos por litro.  “Eso significa que algunas muestras pueden quedar dentro o fuera del rango dependiendo del criterio aplicado, por eso es importante verificar caso por caso y no generalizar”, aclaró el hidrogeólogo.

Capítulo insistió en que lo fundamental es informarse y realizar controles: “Si alguien tiene dudas sobre el agua de su pozo, lo mejor es tomar una muestra y llevarla a un laboratorio para hacer la determinación de arsénico y quedarse tranquilo. No se trata de alarmarse, sino de conocer con precisión la calidad del agua que consumimos”.

El profesional señaló que existen tecnologías domésticas y comunitarias para reducir la presencia de arsénico, como los filtros de absorción y equipos de abatimiento específicos. “Hay desarrollos muy avanzados, incluso del CONICET La Plata, que están trabajando en métodos accesibles y de bajo costo para pequeñas comunidades o viviendas particulares”, comentó.

Por último, Capítulo destacó que el desafío no pasa solo por la tecnología, sino por la conciencia ciudadana. “Celebrar que hoy nos importe qué agua consumimos ya es un avance. Estos temas deben tratarse con responsabilidad, sin alarmismo, pero con compromiso. El arsénico está presente en buena parte del territorio bonaerense, pero conocerlo y controlarlo nos permite convivir con él de manera segura.”