Destacan la importancia de las obstetras como «entrada» al servicio de salud público de mujeres jóvenes

20/04/2015
Obstétricas

Desde el Colegio de Obstétricas remarcaron que «en muchas ocasiones, y principalmente en barrios periféricos de las grandes ciudades, la consulta con la obstetra es el primer paso para la inclusión al sistema de salud de mujeres jóvenes»

Producto de pudores, vergüenza, escasa o nula alfabetización, falta de contención y falta de dinero, entre otras causas, muchas mujeres llegan a la consulta cuando ya se encuentran cursando un embarazo, generando el caldo de cultivo perfecto para que el embarazo normal se convierta en un embarazo de riesgo, advirtieron desde el Colegio de obstétricas de la provincia de Buenos Aires.

En ese marco “la contención del profesional es fundamental para la continuidad en el cuidado de su salud» indicó la Lic. Sandra Zapiola, pte. suplente de la entidad, a la vez que reconoció que «a veces el mismo sistema pone barreras, no hay profesionales, la mujer no tiene dinero para viajar, no consigue turno, y estas cuestiones se instalan fuertemente en los grupos más vulnerables”.

La importancia de una consulta temprana

La consulta precoz, periódica, completa y de amplia cobertura, de la embarazada, es fundamental, marca los requisitos esenciales del control prenatal, empodera a las mujeres de su estado biológico y psico-emocional.  

Una entrevista de diagnóstico donde poder indagar en los antecedentes, por ejemplo: el estado  vacunal o la vacunación previa, es fundamental para evitar riesgos a futuro. “Por ejemplo, la rubeola, que es una infección viral, que adquirida durante la gestación se acompaña de complicaciones; el riesgo de la infección y la gravedad de las secuelas, están en directa relación con el momento de la gestación en que se produce la infección (cuanto más precoz, más grave es el daño): abortos, restricción del crecimiento intra uterino, muerte neonatal, secuelas neurológicas y oftalmológicas”, indicó Zapiola. 

Además de los hábitos y estilo de vida, el contexto de la paciente también es importante. “Por ejemplo,  una mujer que  es maestra jardinera o trabaja en una guardería, y está embarazada o aun no lo sabe, está en contacto con materia fecal y orina de los niños, debería tomar medidas de bioseguridad e higiene, para prevenir  la infección por Citomegalovirus, (infección viral, de distribución mundial y que se adquiere desde los primeros años de vida, con prevalencia en edad adulta entre el 60% al 80%) ”esta infección es tan grave como la Rubeola y de similares resultados perinatales; también puede transmitirse de la madre al feto en el trabajo de parto y en el pos-parto, en los primeros meses de vida, agregó la profesional.

Existen además otros graves riesgos para la salud de la madre y el hijo por nacer, como el alcohol, el cigarrillo y otras adicciones. “El alcohol impacta en el desarrollo del sistema nervioso central, pudiendo producir, microcefalia, retraso intelectual, restricción del crecimiento intra útero, prematuridad, malformaciones craneofaciales. La bebida es algo que generalmente pasa desapercibida y la dimensión de sus  consecuencias, no son reconocidas por la sociedad”, ejemplificó.

Por otra parte, existen muchas otras consecuencias evitables de estos embarazos “no cuidados”. Desde cardiopatías – que son una de las principales causas de mortalidad neonatal- hasta deficiencias respiratorias e incluso el contagio vertical de enfermedades de transmisión sexual, puede ser prevenirse.

Por esto es que la importancia que reviste el rol de las obstétricas como nexo entre el sistema de salud y las mujeres en edad fértil va mucho más allá del acompañamiento del desarrollo de su vida sexual y reproductiva. Las aptitudes y capacitación de estos profesionales para derivar casos que requieran mayor complejidad a otros niveles de atención, es clave para poder acercar, tratar y retener a las pacientes en un sistema de salud, que muchas veces impone barreras difíciles de sortear.