El 11% de los niños que viven en la periferia de La Plata tienen problemas visuales

06/12/2019
Ópticos

Así lo corroboró un estudio de la Facultad de Ciencias Exactas mediante el programa de Extensión de Salud Visual para todos.

Según los registros estadísticos del Programa Salud Visual para Todos, que lleva adelante la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata revelaron que los casos infantiles de defectos refractivos que requieren ser corregidos alcanza al 11 por ciento en la zona del gran La Plata. Los datos resultan inquietantes si se los campara con la media a nivel global que, según la Organización Mundial de la Salud, ronda el 4% de la población infantil.

Para Laura Brusi, directora del Programa de Extensión de la UNLP, “la vulnerabilidad es altísima, pues si los defectos no se corrigen a tiempo, el desarrollo ocular en la infancia queda afectado provocando un daño visual permanente. La mayoría de los menores que vemos a diario no tienen un daño estructural del órgano en sí, sino que lo que sucede es que la imagen no enfoca en la retina y eso hace que esas estructuras oculares no se desarrollen normalmente. Esto puede evitarse con una corrección óptica temprana”.

En este sentido, los profesionales de la UNLP insistieron en la importancia de una consulta precoz, es decir, aquella que se realiza a corta edad en los niños para poder hacer el seguimiento de un desarrollo visual normal, o en su defecto, poder corregir a tiempo los problemas para evitar daños en el desarrollo del sistema visual.

Este año, se instalaron consultorios del programa Salud Visual para Todos en la propia sede de la Facultad de Ciencias Exactas y en los centros de atención primaria de la salud 1 y 115 de La Plata. Los optómetras responsables de esta iniciativa detectaron que los problemas refractivos más comunes en los niños que accedieron a la consulta son el astigmatismo y la miopía.

Brusi aclaró que “la situación de las personas adultas también debe ser corregida a tiempo ya que   después de los 40 años muchas personas entran en la presbicia, que es la falta de enfoque para mirar en visión próxima, y eso los inhabilita para muchas de las actividades diarias. Este problema, que resulta tan discapacitante, puede resolverse con un simple anteojo para lectura”.

De esta manera hizo mención a la compleja realidad social y económica que atraviesa el país: “una gran cantidad de personas no puedan acceder a la solución del problema primario, al tiempo que también pierden la posibilidad de acceder a un examen visual completo que permita detectar cualquier condición que requiera ser atendida en el segundo nivel de atención, que es el servicio de oftalmología”, explicó la especialista.

En este sentido, los profesionales que trabajan en el Programa Salud Visual de la UNLP resaltaron su labor ya que ofrecen atención visual y ocular primaria a los sectores sociales más excluidos; aquellos que no tienen acceso al sistema sanitario y, en particular, a la ayuda óptica necesaria. “El cuidado visual primario es abordado como un derecho más a la salud y a la inclusión, porque es imprescindible para desarrollar las tareas cotidianas, explicó Brusi. De esta manera, el Programa de la UNLP llega a los barrios con jornadas comunitarias en convenio con municipios, para que los profesionales formados en la Facultad brinden el servicio de atención primaria a la comunidad.