Mundo Profesional
El 18 de febrero el Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires celebró los 132 años de su creación «en un contexto complejo y demandante, tanto para el desarrollo de la función como en el aspecto institucional», resaltaron desde la entidad.
Y agregaron que «los objetivos centrales consolidados a lo largo de la historia continúan siendo el eje central para enfrentar los nuevos desafíos».
«Desde aquellos inicios, a finales del siglo XIX, hasta la digitalización del siglo XXI, siempre la defensa de la seguridad jurídica como pilar fundamental para garantizar la paz social ha sido un valor fundamental de la institución».
El Colegio fue creado el 18 de febrero de 1889, pocos años después de la fundación de la ciudad de La Plata como nueva capital provincial, siendo su primer presidente el notario Arturo Mom. Desde aquellos primeros años, la institución forjó su historia siguiendo los valores que definirían su trascendencia institucional, como los servicios y el apoyo permanente a cada uno de los colegas.
Al igual que otras entidades profesionales, inicialmente el Colegio tuvo carácter de asociación civil, hasta que en marzo de 1943 la sanción de la ley 5015 le otorgó personería jurídica. Dicha norma fue la primera Ley Orgánica del Notariado provincial y la primera norma orgánica dictada en el país para regular el ejercicio de la función notarial y para organizar un Colegio de Escribanos como institución profesional. Además, la mencionada ley permitió crear la Caja de Previsión Social para Escribanos y el primer y único fuero notarial compuesto por el Juzgado y Tribunal Notarial.
«Hoy, con el respaldo de toda esa historia, el Colegio continúa creciendo con acciones de suma importancia para el notariado, como la capacitación permanente de los colegas y la incorporación de más y mejor tecnología para adaptar las tareas a las particularidades del presente y estar en condiciones de brindar el mejor servicio, acorde a los nuevos tiempos», finalizaron desde la entidad.
