Investigadores del CONICET reconocidos por el Fondo para la Conservación Ambiental 2017

27/11/2017
Conicet

Sus proyectos fueron seleccionados entre 105 trabajos de diferentes regiones del país. Este año la temática fue “Biodiversidad y Conservación de mamíferos”.

El Banco Galicia en conjunto con Fundación Williams, presentó la octava edición del Fondo para la Conservación Ambiental que invitó a investigadores y organizaciones de la Sociedad Civil a presentar iniciativas sobre “Biodiversidad y conservación de mamíferos”, esta edición contó con el apoyo institucional del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y de la Administración de Parques Nacionales (APN).

Durante la ceremonia, representantes del Banco organizador junto a autoridades de la Fundación Williams anunciaron los cinco proyectos ganadores y las cinco menciones especiales de la 8va. Edición del Fondo para la Conservación Ambiental que fueron seleccionados por un jurado de expertos en el tema.

Los proyectos galardonados recibirán un estímulo de investigación de 150mil pesos. Uno de los trabajos ganadores involucra a Laura Fasola, investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT). Su proyecto trata sobre “Corredores para el Huillín Lontra Provocax en la Cuenca del Río Limay”.

Otro de los proyectos reconocidos, pertenece a la investigadora asistente del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET-UNaM), nodo Puerto Iguazú, Ilaria Agostini. “Usando nuevas tecnologías para evaluar el estado poblacional del primate más amenazado de Argentina: el mono aullador rojo (Alouatta guariba clamitans)” es el nombre de la propuesta, que recibirá un estímulo de investigación de 150 mil pesos.

“El objetivo principal del proyecto es testear nuevos métodos para monitorear al mono aullador, una especie que en Argentina se encuentra en peligro crítico de extinción y sólo está presente en Misiones en muy bajas densidades, ya que fue diezmada en 2008 por un brote de fiebre amarilla y tiene dificultad para recuperarse”, señala la investigadora. Las metodologías a probar incluyen cámaras trampas, grabadores de sonido y drones, además de una red de monitoreo participativo con colaboradores en áreas protegidas.

“Los resultados del estudio permitirán seleccionar el método o el set de métodos más eficientes para ser utilizados en un programa de monitoreo a mediano-largo plazo. Eso a su vez permitirá una vigilancia continua sobre la posibilidad de brotes de fiebre amarilla en la región”, resalta Agostini.