La mochila de los niños no debe pesar más del 10% de su cuerpo

09/03/2020
Kinesiólogos

Ante el inicio de clases, el Colegio de Kinesiólogos de la provincia lanzó una campaña que busca dar recomendaciones para el cuidado de los más chicos.

La semana pasada comenzaron las clases en todos los colegios de la provincia de Buenos Aires. Ante esto, desde el Colegio de Kinesiólogos lanzaron una advertencia para el cuidado de la columna de los niños que asisten al colegio con una mochila más grande que su cuerpo.

“Las recomendaciones internacionales señalan que el peso de la mochila no debería exceder el 10% de su propio peso”, explicó la Licenciada Eugenia Pollini del Colegio de Kinesiólogos bonaerense. En este sentido detalló que para “un chico que pesa 40 kilos, una mochila debería pesar no más de 4 kilos”.

Lo alarmante es que “dependiendo de los requerimientos de casa escuela, la carga puede llegar hasta los diez kilos, más del doble”, alertó. Es por ello que la entidad profesional lanzó la campaña de prevención lúdica interactiva titulada “yo cuido mi cuerpo” en la que hacen hincapié en la prevención de lesiones en columna y trastornos osteomusculares bajo tres aspectos concretos: la importancia de la actividad física, el correcto uso de las mochilas y del uso de los dispositivos electrónicos.

“Lo primero a tener en cuenta al elegir una mochila es que sea acorde al tamaño del chico; es decir, el borde superior debe quedar a la altura de los hombros y el borde inferior cinco centímetros por arriba de la cola”, detalló.

Asimismo los especialistas explicaron que aún con el tamaño y peso adecuado, las mochilas no deben cargarse por más de 15 minutos, por lo que de exceder el peso, se deben adquirir las mochilas con rueditas que también se indican para cuando es necesario trasladar un kilaje superior al 10 o 15 por ciento del peso corporal.

Como si fuera poco, la kinesióloga señaló que como cualquier peso que tenga que ser levantado, los niños deben flexionar las rodillas cuando quieran ponerse una mochila depositada en el piso, “evitando doblar la cintura al inclinarse hacia abajo”.