Mundo Profesional
Tras la intervención de la sección platense de la UOCRA, por la detención de su titular, Juan Pablo «Pata» Medina, comenzó el proceso de «normalización» de las relaciones laborales entre las autoridades del gobierno local, los colegios profesionales, las empresas constructoras y las entidades gremiales del sector.
Para eso se realizó una reunión en la sede del ministerio de Trabajo con la presencia del Intendente local Julio Garro, el interventor de la UOCRA, Carlos Vergara y los presidentes de los Colegios Profesionales de Arquitectos, Guillermo Moretto; de Agrimensores, Javier Pereyra; y de Ingenieros, Gabriel Crespi, además de representantes del empresariado como Alejandro Guanzetti de la Asociación de Comerciantes e Industria de Materiales de la Construcción, entre otros.
El acta en e que se dio inicio a la «normalización» de la construcción en La Plata
Durante el encuentro se acordó realizar una «Revisión de los acuerdos que se denuncien y pudieran contener vicios de la voluntad a la hora de haber sido perfeccionados, resguardando los derechos de los trabajadores».
También las partes asumieron el «Compromiso de trabajar en conjunto y asentar bases para el nuevo relacionamiento con el objeto de desarrollar la obra pública y privada de la región en forma efectiva salvaguardando los derechos de los trabajadores de las construcción garantizando empleo registrado y el respeto a la salud e integridad de los trabajadores»
Se decidió «Establecer un cronograma de trabajo entre las partes para la normalización de las relaciones laborales» y «Generar un esquema de autocomposición de conflictos con intervención de la autoridad de aplicación».
Finalmente se acordó crear «Mecanismos de alertas y denuncias que permitan en forma rápida y efectiva encauzar los comportamientos disvaliosos de cualquiera de las partes que se puedan generar en la región».
De esta manera se espera que rápidamente se reactiven las obra públicas y privadas de la región capital y el segmento de la construcción pueda recuperar el ritmo perdido, producto de las presiones sindicales sobre el gobierno y las empresas del rubro.
