Mundo Profesional
La justicia condenó a un año y ocho meses de prisión en suspenso a Marta Edith Cardulli, por encontrarla responsable de una estafa al vender un terreno sin cumplir con los pasos legales correspondientes.
Según el fallo de Patricio Marcelo Gandulfo entre el 5 y el 13 de enero de 2015, la titular de la inmobiliaria Cardulli le vendió a Silvina Alicia Sberna, un terreno ubicado en 10 entre 668 y 669, sobre el que nunca pudo tomar posesión debido a que la martillera realizó la operación sin comprobar que los papeles del mismo estaban en regla.
“Días después de formalizada la cesión, la denunciante se hizo presente en el lugar, encontrándose allí un cartel que rezaba ‘propiedad privada’ y un número de abonado telefónico. Que al entablar comunicación telefónica con el titular de dicho abonado, le fue manifestado por parte del mismo que el terreno en cuestión era de su propiedad y que tenía la documentación que así lo acreditaba”, explicó el magistrado en el fallo.
Procesada “venta de bienes litigiosos”, la fiscal Victoria Huergo consideró en su alegato que estaba probada la estafa cometida por Cardulli, cuya víctima sacó un préstamo para la compra de un terreno en el año 2015, y a pesar de haber entregado el equivalente a 9 mil dólares la operación nunca se concretó.
Por eso Huergo solicitó que la condena sea por «estafa» no por ´por estelionato, que es el delito por el cual comenzó el expediente y que se configura en el acto de ceder, vender o empeñar una cosa ya cedida, vendida o empeñada, como ocultación dolosa del acto jurídico anterior. Así lo entendió la justicia y por eso avanzó la condena en suspenso para la profesional.
Descargo y «manzana podrida»
Vale recordar que Cardulli es candidata de la Lista Unidos por la Profesión, que competirá en las elecciones del Colegio de Martilleros de La Plata, y antes del fallo realizó un descargo a través de los grupos de whatsapp que comparte con el resto de los candidatos de ese espacio, en el que puso a disposición su salida de la lista, algo que ahora debería resolverse de hecho.
En ese mensaje, en el que la condenada aseguraba que no había cometido ningún delito, sino que solo había cometido un «error de buena fe», también desliza una frase llamativa y tras abrir la puerta para su salida, remarca que es para que «por una manzana podría no tiene por que ser podrido el resto del cajón», adelantándose de alguna manera a lo que finalmente resolvió la justicia.
