Luego de que la provincia de Buenos Aires modificara dicho impuesto, desde el Colegio de Martilleros de Junín opinaron al respecto con una fuerte crítica al gobierno anterior por el impacto negativo en el sector.
A principios de enero, la legislatura bonaerense aprobó una nueva norma fiscal impositiva acorde a la ley de Emergencia sancionada en diciembre. Algunos de los puntos clave de la misma se destacan la reducción del segmento que tendrá incremento por encima de la inflación a menos del 25% de las partidas, sosteniéndose la progresividad del impuesto; los jubilados de haberes mínimos quedan exceptualdos del pago del impuesto inmobiliario; Se reduce la alícuota de ingresos brutos a los servicios jurídicos, notariales, de contabilidad, auditoría y asesoría fiscal, de diseño especializado, actividades profesionales científicas y técnicas; descentralización en los municipios del cobro de patentes modelos 2009; exención del pago de tasas e impuesto inmobiliario a asociaciones civiles (clubes de barrio, centros de jubilados, bomberos voluntarios); techo al incremento del impuesto automotor (patentes) que no podrá ser mayor a la inflación de 2019 (50%); entre otros.
Ante esto, el presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Junín, Daniel Di Palma, comentó que desde la entidad “hemos estudiado y estamos estudiando puntualmente estos incrementos que trae la nueva Ley Fiscal recientemente aprobada. Lógicamente que todo incremento impositivo tiene un impacto notable en el mercado y en el consumidor. Siempre se dijo que es distorsivo un impuesto como Ingresos Brutos, entonces llevar aumentos y subir alícuotas para llevar recaudación a la Provincia le va a restar dinero a los mercados”.
Asimismo, Di Palma apuntó que “es muy promisorio hacer una evaluación, este impacto de la Ley Fiscal se verá en un tiempo. Esperamos que la economía del país, en la mayoría de los rubros, pueda reactivarse. En el caso de nuestro mercado, las actividades estuvieron prácticamente paralizadas en 2019. En la medida que la economía funcione el incremento de las alícuotas y tasas puede no impactar tan de lleno”.
En diálogo con La Verdad de Junín, el profesional confesó que el mercado inmobiliario “viene haciendo malabares desde 2017. Desde el primer cepo (al dólar), en el año 2011, el mercado nunca pudo recuperarse. En estos casi ya 10 años estamos signados por elementos dentro de la economía que no le hacen bien al desarrollo genuino y proporcional del crecimiento de una economía sana con ímpetu de seguir invirtiendo”.
Por su parte, y en sintonía con las declaraciones del sector inmobiliario en general, el titular del Colegio local comentó que “la obra particular genera mucha mano de obra y eso repercute directamente en nuestra economía. No se han generado en estos últimos años las políticas económicas que se centren en el desarrollo del país. El privado es el que tiene la posibilidad de invertir y ante situaciones de este tipo se paraliza. A esto se suma la falta de créditos hipotecarios, por eso se llega a esta situación”.