Profesionales argentinos: más calificados, pero con empleos más precarios

27/10/2025
Informes

Pese a que el 76% de los profesionales se formó en universidades públicas y el 45% cursó posgrados, el mercado laboral profesional argentino muestra señales claras de precarización: aumento del subempleo, crecimiento del pluriempleo y expansión de modalidades contractuales que recortan derechos y cobertura previsional.

El informe 2025 de la Confederación General de Profesionales (CGP), elaborado por el Observatorio de Profesionales de FEPUC sobre una muestra de 6.541 casos relevados entre junio y julio de este año, describe una realidad dual. Por un lado, se observa un alto nivel de formación: el 45% de los profesionales cuenta con estudios de posgrado y el 76% obtuvo su título en universidades públicas. Por otro lado, la calidad del empleo se deteriora.

El desempleo abierto en el sector es bajo, pero el subempleo afecta al 35% de los profesionales y el 47% declara pluriempleo. Además, el 36% trabaja 10 horas o más por día, lo que refleja una sobreocupación horaria preocupante. En síntesis: más horas y más trabajos, pero con menor estabilidad y menores derechos.

“Los profesionales no están desocupados: trabajan más y en peores condiciones. La recomposición de ingresos es, en parte, efecto del pluriempleo y no de mejoras estructurales», indica el Informe CGP 2025

Modalidades laborales en transformación

Entre 2020 y 2025 se produjo un cambio profundo en las formas de contratación. La proporción de quienes facturan todos sus trabajos de manera independiente cayó, mientras creció la relación de dependencia y, sobre todo, la figura de locación de servicios, que en muchos casos funciona como relación de dependencia encubierta.

El estudio muestra un desplazamiento del trabajo formal hacia modalidades más precarias, donde la figura del monotributista se consolida como el modelo dominante. Las contrataciones bajo locación de servicios o relaciones de dependencia encubierta generan pérdida de derechos, bajos aportes previsionales y una preocupante erosión del valor social de las profesiones.

Actualmente, el 32% de los profesionales tiene relación de dependencia formal, el 28% trabaja como independiente, y un 11% factura de forma mensual a un solo empleador cumpliendo horarios y reglamentos internos. Esta modalidad, advierte el estudio, genera pérdida de derechos laborales, menor cobertura social y precarización previsional.

Ingresos que crecen en números, pero no en poder adquisitivo

El ingreso promedio de los profesionales argentinos en mayo de 2025 fue de $1.787.491, con una mediana de $1.500.000, lo que significa que la mitad gana menos de esa cifra. Aunque los ingresos subieron un 71% respecto de 2024, la mejora real es limitada: la inflación interanual fue del 43%, y el incremento se explica más por la multiplicidad de empleos que por un aumento genuino de los salarios o honorarios.

Las mejores remuneraciones se registran entre quienes combinan relación de dependencia con trabajo independiente. En cambio, los ingresos más bajos corresponden a quienes se desempeñan bajo relaciones encubiertas o informales, becas y programas de gobierno.

El informe advierte que el desplazamiento del trabajo formal hacia modalidades más flexibles repercute directamente en los aportes jubilatorios, y si bien la mayoría de los profesionales realiza aportes (a través de cajas, relación de dependencia o monotributo), un 5% no aporta nada, y un número importante lo hace por montos mínimos que proyectan jubilaciones futuras muy por debajo del promedio, cercanas al haber mínimo garantizado por ANSES.

Pérdida de empleos y rotación creciente

El 18% de los profesionales perdió algún trabajo o empleo en el último año, una cifra que representa un 80% más que en 2024. En muchos casos, la pérdida se vinculó con la reducción de la demanda o la finalización de contratos temporales, lo que muestra la fragilidad del mercado laboral profesional.

Aun cuando el desempleo abierto sigue siendo bajo, la rotación y la inseguridad se incrementan. Los datos muestran que los jóvenes profesionales son los más afectados por la inestabilidad y la falta de previsibilidad laboral.

La precarización en el mundo profesional impacta de múltiples maneras:

  • Disminuye el reconocimiento social y económico de las profesiones.
  • Aumenta la presión horaria y el desequilibrio entre vida laboral y personal.
  • Dificulta la negociación colectiva y el sostenimiento de honorarios éticos.
  • Afecta la sustentabilidad previsional a largo plazo.

El informe de la CGP plantea una agenda de acción para los próximos años, centrada en recuperar derechos laborales y fortalecer la institucionalidad profesional. Entre las principales líneas de trabajo se destacan:

  1. Promover mecanismos de control y fiscalización frente a las relaciones de dependencia encubiertas.
  2. Implementar asesoramiento previsional y tributario para profesionales monotributistas.
  3. Impulsar programas de capacitación en gestión profesional, negociación de honorarios y estrategias de diversificación sin precarizar.
  4. Reforzar la defensa gremial e institucional de los ingresos y las condiciones de trabajo.

El diagnóstico del informe CGP 2025 es contundente: la profesionalización de la fuerza laboral argentina no garantiza, por sí sola, mejores condiciones de trabajo, y la combinación de mayor formación, contratos frágiles y múltiples fuentes de ingreso constituye una alerta sobre el futuro del ejercicio profesional en el país.

Sin una acción conjunta de los colegios, federaciones y organismos públicos, la precariedad puede profundizar una tendencia que debilita tanto la calidad del trabajo profesional como su aporte al desarrollo social y económico del país.