Entre el 13 y el 19 de mayo, se conmemora la Semana del Parto Respetado, una iniciativa global que busca poner en primer plano el derecho de toda persona gestante a vivir el nacimiento de su hijo o hija con dignidad, libre de violencias y con el acompañamiento que su cuerpo y su historia requieran. La celebración, impulsada originalmente en Francia por la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) en 2004, se ha instalado en más de veinte países como una oportunidad para revisar protocolos, pulir legislaciones y, sobre todo, cambiar miradas en salas de maternidad y centros de atención primaria.
La idea surgió de la preocupación por la creciente medicalización del parto: cesáreas sistemáticas, episiotomías de rutina y protocolos rígidos que pasaban por alto el ritmo natural del cuerpo de la mujer. AFAR propuso una semana de actividades —talleres, jornadas de puertas abiertas y charlas comunitarias— para compartir evidencias científicas sobre parto fisiológico, promover el acompañamiento continuo (idealmente por una doula o un familiar elegido) y garantizar el consentimiento informado antes de cada intervención.
Objetivos clave
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Empoderar a la persona gestante, asegurando que reciba información clara y oportuna sobre cada paso de su proceso.
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Respetar la fisiología: permitir posiciones libres de trabajo de parto, alentar el movimiento y posturas que faciliten el avance natural de la dilatación.
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Reducir intervenciones innecesarias, priorizando la escucha del cuerpo ante la aplicación de oxitocina, la indicación de cesárea o la realización de episiotomía.
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Fomentar el contacto piel con piel y la lactancia precoz, pilares fundamentales para el vínculo afectivo y el éxito de la alimentación al seno.
La ley en Argentina y su aplicación
En nuestro país, desde el 2004 rige la Ley Nacional 25.929 de “Parto Humanizado”, que reconoce estos derechos en el sistema de salud público y privado. Sin embargo, datos recientes muestran que las tasas de cesáreas oscilan entre el 45 % y el 55 % en hospitales nacionales y salas privadas, muy por encima del 15 % recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Provincias como Buenos Aires han lanzado protocolos propios para monitorear indicadores de parto respetado, pero la dispersión de normativas y la falta de capacitación homogénea siguen siendo un obstáculo.
Actividades y desafíos
Durante esta semana se multiplican en todo el país presentaciones de guías para profesionales, debates en hospitales universitarios y experiencias de mujeres que relatan su parto respetado. No obstante, la barrera cultural —impulsada por décadas de prácticas paternalistas— exige un compromiso permanente de las autoridades sanitarias, las instituciones formadoras de matronas y obstetras, y las organizaciones de la sociedad civil.
Más que una campaña anual, la Semana del Parto Respetado es un llamado a transformar la atención obstétrica durante todo el año: porque un nacimiento respetado es el primer paso para garantizar salud, bienestar y derechos a madres, padres y recién nacidos.