El Superintendente de Riesgos del Trabajo, Gustavo Morón y el Director Nacional de Migraciones, Horacio García, se reunieron en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenido adoptada en la Asamblea General de la ONU. En este marco brindaron un informe y planean proyectos con el objetivo de planes de acción en cuestiones laborales de inmigrantes.
El informe fue presentado en forma conjunta por el Superintendente de Riesgos del Trabajo, Gustavo Morón y el Director Nacional de Migraciones, Horacio García, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenido adoptada en la Asamblea General de la ONU que, entre otras metas, incluye a la migración como parte integral de las acciones para reducir las desigualdades y erradicar la pobreza
El documento analiza la incidencia que este colectivo de trabajadores tuvo en el sistema de riesgos del trabajo durante 2017. El objetivo es contribuir, con datos oportunos y periodicidad anual, a la elaboración de políticas y planes de acción orientados al abordaje de algunos aspectos laborales de la migración internacional.
La meta 17.18 de la Agenda 2030 señala que los países deben aumentar la disponibilidad de datos desagregados por ingresos, sexo, edad, raza, origen étnico, estatus migratorio, discapacidad, ubicación geográfica y otras características pertinentes en las situaciones nacionales.
El informe:
Según el estudio hacia el año 2017, la cantidad de trabajadores registrados por el sistema en Argentina alcanzaba los 9.483.398, de los cuales 417.011 eran migrantes internacionales; contabilizando sólo el 50% de este colectivo; el restante estaba en el sector informal, es decir, no registrado. Es decir: el 4,4% del total de la población trabajadora registrada en Argentina estaba compuesta por trabajadores migrantes internacionales.
Más del 80% de los trabajadores migrantes provenían de ocho países: los países limítrofes más Perú, Venezuela y Colombia. Contabilizando ambos sexos, 4 de cada 10 eran de nacionalidad paraguaya. La población boliviana ocupaban el segundo lugar entre los varones y los trabajadores peruanos se ubicaban en el tercero.
Entre las mujeres, adquieren más peso las trabajadoras peruanas, seguidas por las bolivianas. El informe devela que, en el último trienio, en ambos sexos aumentó el peso relativo de los trabajadores de Venezuela (se multiplicó 4 veces) y de Colombia (su volumen aumentó 30%).
La pirámide poblacional de los trabajadores migrantes muestra, en ese año, una alta concentración masculina entre los 25 y los 39 años, edades en las que suele producirse el evento migratorio. En las mujeres, la distribución es más amesetada, con una participación similar entre los 25 y los 49 años.
Otro punto destacable es que los índices de accidentabilidad de las mujeres migrantes internacionales son 46% más elevados que los de las nativas. En el caso de los varones, es 22% mayor el índice de accidentabilidad en los trabajadores extranjeros respecto a los nativos.
Por último, cabe señalar que el punto 8 de la meta número 8 de los objetivos del Desarrollo Sustentable fija como uno de los anhelos “proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y protegido para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios”.